En la quietud de la noche, mi mente se enciende, Tu aroma a rosa en mi almohada, un suave presente. Cada rincón de mi habitación, tu fragancia retiene, Y en mis sueños te veo, como una bella flor que viene.
Tus recuerdos son inevitables, como el aire que respiro, Tu sonrisa, el más hermoso pensamiento que miro. En la inmensidad de mi mente, tu imagen se recrea, Y en la fragancia de tu aroma, mi alma se recrea.
Cierro mis ojos y te veo, con tu mirada serena, Tu voz, una dulce melodía que mi corazón serena. Recorro cada momento, cada instante vivido, Y en la fragancia de tu aroma, me siento querido.
(Chorus) Tus recuerdos son inevitables, como el aire que respiro, Tu sonrisa, el más hermoso pensamiento que miro. En la inmensidad de mi mente, tu imagen se recrea, Y en la fragancia de tu aroma, mi alma se recrea.
Aunque ya no estás aquí, tu esencia me rodea, En cada brisa, en cada flor, tu presencia se pasea. Y en la fragancia de tu aroma, encuentro consuelo, Un pedacito de tu amor, que guardo en mi anhelo.
Tus recuerdos son inevitables, como el aire que respiro, Tu sonrisa, el más hermoso pensamiento que miro. En la inmensidad de mi mente, tu imagen se recrea, Y en la fragancia de tu aroma, mi alma se recrea.
En la fragancia de tus recuerdos, siempre te amaré, Y en la sonrisa de tu imagen, por siempre te veré.
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